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ORNELLA PALLA

  • Foto del escritor: Sabrina Bianchi
    Sabrina Bianchi
  • 9 jun
  • 5 Min. de lectura

Licenciada en Ciencias de la Comunicación, con experiencia profesional en Publicidad y Comunicación Corporativa, me apasiona la forma en la que la comunicación nos atraviesa e interpela en todos los planos de nuestra vida cotidiana.


A través de mi proyecto, RubiKom, busco compartir una visión personal sobre la importancia de la comunicación como elemento clave para el funcionamiento y éxito de las organizaciones.


RubiKom propone una forma creativa de posicionar la comunicación como el eje articulador de toda interacción humana. Para ello, utilizo una analogía que combina mi experiencia en el deporte, específicamente en mi equipo de handball, con la simbología del cubo de Rubik. Esta metáfora integradora permite explorar cómo los valores, dinámicas y desafíos del deporte pueden trasladarse al ámbito organizacional, destacando el papel crucial de la comunicación en la construcción de propósito, sinergia y liderazgo dentro de las organizaciones.


A continuación, presento un análisis introspectivo sobre cómo la combinación de dos aspectos esenciales en mi vida —la comunicación y el deporte— ha sido fundamental para fomentar una cultura de motivación, trabajo en equipo y éxito.



RubiKom

La comunicación como eje articulador en las organizaciones


Cuando hablamos del comportamiento organizacional, la comunicación no solo actúa como un medio para transmitir información, sino que es un elemento que alimenta y da forma a las dinámicas internas, moldea comportamientos y facilita la toma de decisiones. Para entender la importancia de la comunicación como eje articulador en cualquier tipo de vinculación humana, propongo entonces un paralelismo entre una organización y un equipo deportivo, en este caso, mi equipo de handball, utilizando un cubo de Rubik como metáfora integradora.


Para entender mejor esta reflexión, los invito a imaginar un cubo de Rubik como la representación visual de la composición de una organización, en donde cada una de las seis caras del cubo simboliza un eje esencial para su funcionamiento. De esta forma, ninguna de las caras del cubo puede considerarse de manera aislada, ya que, ninguna de ellas puede resolverse sin impactar a las demás. Lo mismo ocurre en las organizaciones, y en los equipos. Entendiendo a la comunicación como eje articulador, es esta la que permite la interconexión entre las caras. Tan importante es, que, sin ella, el cubo no solo permanece desorganizado, sino que, además, carece de sentido.


RubiKom: seis caras de un mismo plano (o equipo)


Así es que nace RubiKom, una idea que da vida a cada una de las caras del cubo, cada una de las cuales representa un pilar de mi organización, mi equipo de handball, Scuola Italiana di Montevideo (SIM), en el cual la comunicación y la planificación estratégica son tan importantes como si se tratara de una organización.Así es que nace RubiKom, una idea que da vida a cada una de las caras del cubo, cada una de las cuales representa un pilar de mi organización, mi equipo de handball, Scuola Italiana di Montevideo (SIM), en el cual la comunicación y la planificación estratégica son tan importantes como si se tratara de una organización.



Propósito: nos une la misma pasión


El propósito de SIM respira en el sentido de pertenencia que nos da nuestro equipo hace ya más de 20 años.


Obviamente, como equipo deportivo, nuestro objetivo principal es ganar (cada partido y cada torneo al que nos presentamos), pero también es verdad que ya con una edad avanzada, y siendo jugadoras (y amigas) desde hace más de 20 años, nuestro “para qué” se define desde un plano emocional, y es hoy nuestra mejor excusa para seguir juntándonos casa semana y seguir compartiendo la misma pasión, el Handball.


Intangible de éxito: la cultura SIM


Tal y como podemos definir la cultura dentro de una organización, nuestro equipo también está regido por un conjunto de valores, creencias, comportamientos e incluso normas que moldean nuestro funcionamiento.


La cultura SIM fomenta el sentido de pertenencia que es común a todas nuestras integrantes, y, que, además, nos permiten estar alineadas de forma tal que esfuerzos individuales y colectivos persiguen el mismo objetivo. Establece además valores propios que guían el comportamiento y contribuyen al éxito deportivo (pasado, actual y futuro). ¿Por qué futuro? Transmitimos y promovemos esta cultura y valores a las generaciones más chicas y en desarrollo, así como a aquellas integrantes nuevas que se suman al equipo.


Nos mueven los mismos valores:


CONFIANZA | RESPETO | COLABORACIÓN | COMPAÑERISMO | SUPERACIÓN | RESILIENCIA | COMPETITIVIDAD | DISCIPLINA


El equipo: nosotras


Cada integrante de nuestro equipo tiene una personalidad única que contribuye no solo al enriquecimiento del equipo sino también al éxito.


Desde la diversidad de perspectivas, tal y como sucede en una empresa con sus empleados/as, es que logramos colaborar e incluso abordar distintos problemas a través de varias perspectivas. El propósito y el compromiso es común a todas, el abordaje que cada una pueda traer al equipo es subjetivo a su propia forma de ser.


La sinergia de nuestro equipo se basa en la comunicación, el respeto mutuo y la motivación.


Liderazgo


Algunos de los factores que debe saber gestionar un buen líder de equipo:


  • Talento

  • Tiempo

  • Cambio

  • Crisis/ conflictos

  • Cultura

  • Objetivos

  • Performance

  • Confianza

  • Personalidades

  • Emociones


Nosotras y los colores



Estrategia y decisión: la toma de decisiones es fundamental


La planificación estratégica también es clave como herramienta de éxito. Cada partido es un nuevo objetivo y necesitamos de cierta verticalidad y de que nuestra líder tome decisiones de cara a cada desafío. Cada semana implica una forma de trabajo distinta, una dinámica de decisión y acción continuas que no solo vienen dadas en base a nuestra competencia (próximo rival), sino que también en base a fortalecer las debilidades o ensayar errores que sucedieron en partidos anteriores.


¿Cómo vamos a lograr el éxito? ¿cuál es el plan de acción? >  LAS ACCIONES


  • Entrenamiento físico (sala, pesas) y entrenamiento táctico (cancha, prácticas)

  • Jugadas preparadas

  • Análisis de videos

  • Alimentación saludable y descanso


La Competencia


Cada equipo contrario es un mundo nuevo que requiere de un análisis profundo que permite entender cómo encarar los entrenamientos cada semana y qué estrategia y acciones pueden aplicar mejor para lograr ese nuevo objetivo.


Conocer a los equipos rivales permite desarrollar estrategias específicas para enfrentarlos. Identificar sus fortalezas y debilidades, así como sus patrones de juego nos permite prepararnos mejor.


La información puede estar dada ya sea por partidos anteriores, estadísticas (planillas), saber qué jugadores clave tiene el otro equipo, que forma de juego les queda mejor, e incluso entender el estado físico puede ayudarnos a empoderar un aspecto fundamental en nuestro juego, como lo es el juego ágil y la velocidad en la corrida.


La Comunicación

El eje articulador que integra todas las caras del cubo


Saber cómo comunicarte con tu equipo y saber escuchar sus necesidades, es clave para el buen funcionamiento. No solo verticalmente sino también horizontalmente, entre compañeras.


¿Qué nos permite la comunicación efectiva en nuestro equipo?



La comunicación nos permite además contagiar el

“cómo hacemos las cosas aquí”: la Cultura SIM.


Reflexiones


Si giramos el cubo, podemos ver cómo cada cara se interrelaciona y complementa entre sí, similar a como las piezas del cubo se mueven y encajan para formar una solución. En las organizaciones, todos estos componentes (y más) deben estar alineados para ser consideradas modelo de éxito.


Una buena estrategia depende de una comunicación clara y cómo los diferentes estilos de personalidad (colores) pueden influir en la táctica y el liderazgo.


En momentos de crisis, es importante recordar el propósito. Ejemplos: derrotas, lesiones.


Si bien necesitamos del liderazgo vertical, y nuestra “organización” necesita de nuestra líder para cumplir con nuestros objetivos, también existe horizontalidad. Además, el sistema de valores que nos representa es común a todas las integrantes.


Cada una trae sus individualidades al equipo, sus fortalezas, nos potenciamos con las fortalezas y apoyamos en las debilidades. Lo que yo sé que no hago bien, la de al lado lo puede cubrir.


Realizar un análisis de este tipo lleva a cualquier organización o equipo a entenderse mejor. Tal y como lo plantea Drucker en “Gestionarse a sí mismo”, la autoconsciencia es un pilar fundamental para el éxito personal, pero también puede serlo para un equipo u organización.



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