
Mi nombre es Florencia Berton, tengo 28 años y soy Licenciada en Gerencia y Administración; cursando actualmente el Máster en Creatividad, Innovación y Comunicación en la Universidad ORT.
Trabajo desde hace ya varios años en la empresa Quanam, en la cual me desempeño en el área de Capital Humano.
Además, colaboro en la gestión y creación de proyectos de innovación abierta dentro de la organización.
Mi perfil está influenciado por la búsqueda de nuevos paradigmas, tecnologías disruptivas, y un gusto especial por el arte, la estética, y la moda.
Aunque era un desafío, tenía claro que quería hablar de Inteligencia Artificial. Entonces empecé a analizar las distintas formas en las que podía comunicar la temática.
Si bien ya estaba un poco al tanto, descubrí que es todo tan nuevo y complejo, que existen tantas opiniones como personas. Y fue ahí que me di cuenta de que quería enfocar mi comunicación en el impacto que este fenómeno tiene en la gente.
Empecé a buscar información y encontré los puntos de vistas de miles y miles de expertos. De hasta personas que podrían haber sido muy útiles como fuentes, como lo son Bill Gates, Elon Musk, y otros.
Pero me faltaba algo, porque yo no hablo desde ese lugar. No soy un científico, no me codeo con personalidades, no vivo en un país primermundista.
Y ahí pensé: ¿si a mí me genera desconcierto, que soy relativamente joven y trabajo en una empresa de tecnología… qué pasará con el resto de nuestra sociedad?
Y entonces la representé. La representé en un grupo de WhatsApp. Un grupo de WhatsApp de una familia tipo. Un grupo de una familia, en el que un día como cualquier otro, sin ningún reparo, se cuela la Inteligencia Artificial en sus vidas. Intenté hacer un paralelismo, porque para la mayoría de nosotros... este fenómeno apareció de la nada.
Este grupo, está integrado por:
-Una mamá, que mucha idea sobre el tema no tiene.
-Un papá: que responde ok, y dedos para arriba, como cualquier padre.
-Un abuelo: muy conservador.
-Una abuela: que desconoce de la temática, y decide ignorarla.
-Una tía: que leyó sobre el tema de manera muy superficial y siente mucha curiosidad.
-Un tío: ya más informado que tiene dudas en cuanto a la ética, y a los problemas que IA puede traer.
-Un hermano liceal: que se lo toma para la pavada, y piensa que puede serle útil para copiar, u obtener información para el colegio.
-Una hermana: que valora mucho el tema del diseño, está al tanto de algunas creaciones con IA; pero se ve perjudicada con algunos sesgos que la misma trae.
-Un hermano: formado, universitario. Totalmente a favor. Fascinado con esta nueva etapa.
-Y la nueva incorporación IA: defendiéndose y respondiendo los cuestionamientos que se le hacen.
Desde su lugar, cada uno de ellos aporta algo. Como en la vida misma.
Con la participación de la madre, IA tiene la posibilidad de presentarse. De contar sobre su contexto.
Con el abuelo se exponen los avances que tuvo a nivel medicina, y la influencia que puede llegar a tener en nuestra esperanza de vida.
Con la tía, preocupada por los puestos de trabajo, se exponen distintos puntos de vista sobre cómo se sustituirán por otras algunas posiciones y cómo también nos podríamos aprovechar de esta situación para crecer profesionalmente.
El tío por su lado, menciona algunos temas éticos y legales, y pone en evidencia algunas falencias que tiene la IA hoy en día en base a su aprendizaje; ya que se nutre de la información que nosotros mismos le proporcionamos, entonces no es objetiva en cuanto a discriminaciones, y otros sesgos culturales.
Lo mismo sucede con la hija, que además de mostrar trabajos muy buenos que se hicieron a nivel creativo en Midjourney, está muy preocupada por su apariencia física y las redes sociales. Y es algo en lo que IA, tiene un gran peso.
El hermano menor, es chico, y solo se preocupa por cómo puede utilizarla para copiar en el liceo. Ahí se muestran algunas consecuencias de estas acciones.
El hermano mayor, refuta muchos de los comentarios en contra; y asegura que podría ser muy útil, sobre todo para las empresas.
La conversación termina en que la familia se da cuenta, de que no puede eliminar a IA de sus vidas, que el cambio es permanente y decide renegar de ella, y retirarse del grupo. Esto intenta representar que algunas personas, aún siguen siendo conservadoras con esta nueva era.
En ese momento, la abuela, que desconoce del tema, no logra retirarse, no sabe cómo salir ella también del grupo de WhatsApp de la familia. El tema la desborda, y es la propia IA que termina dándole indicaciones para poder eliminarse del grupo. En definitiva, la termina necesitando.
Esto última demuestra un poco mi punto de vista con respecto a este tema: la revolución tecnológica es un hecho, y hay que aceptarlo y aprender de ella para nuestro propio beneficio. El uso que le demos, depende de nosotros mismos.
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